– ¿A quién prefieres tú, hombre enigmático? ¿A tu padre? ¿A tu madre? ¿A tu hermana o tu hermano?

– No tengo ni padre, ni madre, ni hermana, ni hermano.
– ¿A tus amigos?
-Usted usa palabras que, hasta el día de hoy, me son desconocidas.
– ¿A tu patria?
– Ignoro en cual latitud está ubicada.
– ¿A la belleza?
– La quisiera, divina e inmortal. –¿Al oro?
– Lo odio como Usted odia a Dios.
– Entonces, ¿qué es lo que te conmueve extraordinario extranjero?
– Me gustan las nubes… las nubes que pasan… allá… allá… ¡las maravillosas nubes! –Baudelaire: Petits poèmes en prose, I (1869)

Amanda Bouchenoire invade el espacio negro de la pieza del mes en el Museo de Arte Contemporáneo a su máxima capacidad. Esto lo logra a partir de las modificaciones en las partículas del aire polucionándolas y sustituyéndolas por humo respirable, que acompaña una serie de imágenes que juegan el tratar de traspasar un objeto. Así, la instalación transforma la visita en interacción, donde el espacio se redefine en una atmosfera de unidad total. Amanda redirecciona los sentidos en especial los del olfato y la vista, de esta forma los materiales y los objetos son llevados a un plano secundario. Haciendo que la experiencia sensorial se convierta en el catalizador de la obra.

Angelica Maldonado, El Sol de San Luis, 27 marzo de 2019.

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